domingo, 20 de julio de 2014

EL PLANTADOR DE HIGUERAS

 

INTRODUCCIÓN

Hace tiempo que quería relatar estas historias sobre las higueras y las personas que las cultivaron, y ahora siento que es el tiempo; siento el compromiso de decir las cosas que me han transmitido.
Al decir <<plantador de higueras>> me refiero a cualquier otro árbol, pero siempre hay una planta con la que uno se identifica. Lo importante es plantar y cuidar árboles de cualquier especie, también los ejemplares autóctonos.
El motivo que me mueve a escribir es que llegue a alguien en forma de mensaje de cómo se veía y cómo aún se puede ver a través de un relato ese mundo diferente que ocurrió en otras épocas.
Se me dificulta expresarme pues yo no tengo estudios y escasamente completé la escuela primaria y, como se puede apreciar, no tengo un dominio correcto del idioma castellano ni me considero escritor.
Tengo la suerte de haber vivido en zonas rurales y de aprovechar ese inmenso libros que es la Naturaleza y tomar allí un gran aprendizaje. Pero a veces es un poco difícil expresar en palabras lo que se siente.
La mayoría de los sucesos que aquí cuento me lo transmitió mi padre en conversaciones imperdibles que solíamos tener. Los hechos, las personas y los lugares son reales, y al nombrarlos lo hago con mucho respeto y sólo pretendo que se vean como lo que fueron: grandes ejemplos.
Y hay muchas personas que no nombro pero tal vez fueron grandes plantadores de higueras. No puedo hacer una obra más completa porque a veces hay que disponer de mucho tiempo para recorrer todo el mapa de las higueras, que es muy amplio.
Tengo la esperanza que las personas del Nuevo Mundo, jóvenes, niños y también adultos, comprendan que ser un plantador de higueras no es un trabajo: es más bien un mandato divino, un don y una misión a cumplir, y que al hacerlo sentirán PAZ y FELICIDAD.

Bernabé Leal














Que Bernabé Leal es criollo, lo atestigua su apellido, como todo criollo serrano endeveras, es de esos que si Ud. necesita una mano, cuente con la de él, siente que asume un deber cada vez que da la mano, leal, a más no poder. Como buen serrano nació en el Ojo de Agua (casi seguro el primer lugar habitado por no originarios, aunque misturado con ellos) y por toda esa serranía ha transcurrido su vida, y de allí le viene ese profundo conocimiento del suelo, sus pájaros, sus flores, sus árboles, y no sólo los conoce sino que nos enseña todo ello. Escucharlo hablar de Los Espinillos Bravos, del Camino de los Porteños, El Pantano, etcétera, y de los antiguos habitantes, de sus costumbres, con una memoria prodigiosa, nos obliga a escucharlo. Así que estimo que tiene tanto para contar que ahora lo escucharemos contarnos acerca de una de sus historias preferidas, de las higueras de nuestra zona.
Vaya de ejemplo la referencia que hace don Buenaventura Luna:

La amistad es como el vino:
mejor cuanto más se añeja.
Una conducta pareja
hace a los buenos amigos,
y de la higuera más vieja
son más dulces los higos.

César Vera
  

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